Antigua Matanza. Revista de Historia Regional

ISSN 2545-8701

Junta de Estudios Históricos de La Matanza

Universidad Nacional de La Matanza, Secretaría de Extensión Universitaria, San Justo, Argentina.

Disponible en: http://antigua.unlam.edu.ar

Alvite, A. (junio de 2020 – diciembre de 2020). La militancia del Partido Socialista en el municipio de Morón entre 1917 y 1922. Antigua Matanza. Revista de Historia Regional, 4(1), 132-165.

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Las fuentes como protagonistas

La militancia del Partido Socialista en el municipio de Morón entre 1917 y 1922

Alejandro Alvite[0]

Universidad Nacional de La Matanza, Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales, San Justo, Argentina.

https://orcid.org/0000-0001-9092-1521 

Fecha de recepción: 20 de abril de 2020.

Fecha de aceptación y versión final: 16 de mayo de 2020.

 

Resumen

El siguiente trabajo está centrado en conocer las prácticas militantes de los socialistas en el municipio de Morón, provincia de Buenos Aires, entre los años 1917 - 1922. Para esto se ha realizado un análisis cualitativo de las editoriales de dos periódicos, del diario La Vanguardia, órgano oficial del Partido Socialista de la Argentina, y del diario El Imparcial, periódico local editado entre 1914 y 1950 identificado ideológicamente con sectores conservadores. La temática propuesta tiene suma relevancia, ya que a partir de esta es posible analizar cómo actuaban e intervenían los ciudadanos socialistas de Morón en su realidad local. El periodo seleccionado responde a un contexto de gran conflictividad clasista e interclasista influenciado por distintos procesos nacionales e internacionales, como por ejemplo la Revolución Bolchevique, que configuró un escenario particular de gran actividad por parte del movimiento obrero y las elites en todo el mundo. En el siguiente trabajo se sostiene que la militancia del Partido Socialista en Morón entre 1917 - 1922 se basó en la visibilización de las problemáticas locales y la propaganda partidaria en periodos eleccionarios, instrumentada mediante los distintos centros socialistas del municipio. Los resultados muestran la existencia de una práctica militante en la comunidad de Morón que se inclinó hacia el socialismo con diferentes grados de actividad, influenciada por los periodos electorales, que tuvieron entre sus objetivos debilitar el apoyo a los sectores políticos opositores de la población.

Palabras Claves: socialismo, militancia política, Morón

La militancia del Partido Socialista en el municipio de Morón entre 1917 y 1922

Introducción

En el artículo se indagará sobre la militancia del Partido Socialista (PS) entre los años 1917 y 1922 en el municipio de Morón. Este espacio local se destacó desde principios del siglo XX por una fuerte presencia de cuadros políticos y líderes socialistas, algunos hasta con una gran impronta dentro del partido como lo fue Juan B. Justo[1], Nicolás Reppeto y Adolfo Dickman entre otros. Convirtiendo así a Morón en un referente del socialismo en la provincia de Buenos Aires. Se debe tener en cuenta, además, la militancia de mujeres socialistas que mediante las instituciones educativas tuvieron una actividad preponderante en el partido, la más destacada y difundida de éstas es la Escuela Popular Laica dirigida por Pascuala Cueto entre 1904 y 1910 (Saez, 2008).

El recorte temporal responde a un contexto nacional y mundial, en donde, tanto la Primera Guerra Mundial, como la Revolución Rusa, generaron en el país condiciones políticas y socioeconómicas que calaron profundo en el movimiento obrero y en los sectores de la elite. Las consecuencias se manifestaron en grandes movilizaciones obreras que exigieron, en primera instancia, mejoras en las condiciones laborales, hasta llegar a objetivos más profundos relacionados con el cambio social. Este contexto se caracterizó por los conflictos internos en el movimiento obrero y llevó además a una multiplicidad de acciones de parte de sectores ligados a las clases altas, por ejemplo, las distintas expresiones nacionalistas y católicas que rechazaron con énfasis las tendencias de izquierda (Camarero, 2017). Estas particularidades del periodo seleccionado llevaron a una etapa marcada por la conflictividad clasista e interclasista, cruzada por los cambios políticos existentes que se inician en el gobierno de Hipólito Yrigoyen, es decir, el primer gobierno democrático resultado de la Ley Saenz Peña.

 El cierre del periodo a trabajar, el año 1922, responde al cambio de gobierno nacional que se da con la asunción a la presidencia de Marcelo Torcuato de Alvear, en donde la conflictividad mermó, pero además también a la fragmentación que comenzó a darse en el movimiento obrero, lo que motivó su desmovilización. Este proceso se manifestó en la menor cantidad de huelgas que hubo con relación a los años anteriores, como también, a que con el cambio de gobierno las intervenciones provinciales dejaron de ser utilizadas como una herramienta partidaria, lo que llevó a un contexto político diferente en la intervenida provincia de Buenos Aires (Rock, 1977; Camarero, 2017). Este periodo de años tomados desde un nivel macro puede ayudar a focalizar de una manera más precisa a la militancia que existió por parte del socialismo en el Partido de Morón.

En el marco de la situación conflictiva expresada en párrafos anteriores, el objetivo general del trabajo es describir cómo se desarrolló la militancia socialista en el municipio de Morón entre los años 1917 y 1922.

Aspectos conceptuales y metodológicos

Es necesario emprender un breve abordaje sobre ciertas cuestiones teóricas antes de examinar la militancia socialista en el municipio de Morón, que se consideran de importancia para la problemática a tratar y para comprender desde qué lugar se realiza el análisis. Primero se explicará qué se comprende por militancia, concibiendo este concepto como una práctica regida por la adhesión a ciertos valores e ideas y a la defensa de estas, y se hará referencia a la militancia de un grupo que se enmarca en una organización, es decir, el Partido Socialista.

 La militancia como concepto y representación conduce a analizar aspectos tales como su importancia y rol en un partido político. Existen distintas perspectivas que consideran que el partido está estructurado de una determinada manera, en donde el fin último es que sus líderes se mantengan en el poder. Conformando así un tipo específico de liderazgo caracterizado por intentar abordar al electorado buscando el apoyo de ellos, proponiendo de esta manera un verticalismo claramente unidireccional en donde el sujeto colectivo está dominado por el sector que lidera el partido. Esta visión ligada al sociólogo Max Weber es discutida por otro enfoque que le da un papel de mayor importancia a la figura de la militancia y a las fuerzas sociales. Esta posición asociada al marxismo, y más específicamente a Antonio Gramsci, es la que entiende que el partido es la expresión de un grupo social (Sawicki, 2011).

Esta última postura es la que fue evolucionando y complejizándose con los años, concluyendo en que la militancia de los sujetos, que son parte de la composición social del partido, es un aspecto que influye en cómo los líderes de la organización partidaria actúan. Así es que el partido político, en este caso el socialista argentino, se perfila y aborda su realidad con una perspectiva en particular, porque este no se escinde de su contexto político, económico y social, y se conforma además por cuestiones específicas de sociabilidad e identidad local.

Existe desde esta perspectiva entonces la visión de una doble vía, en donde el partido político se articula y responde a partir del actor colectivo y sus acciones, entiéndase su militancia, y los actores colectivos, institucionalizados dentro del partido, se construyen ante la planificación y posturas del partido político. El politólogo francés Frédéric Sawicki (2011) planteó la idea de porosidad de fronteras entre el partido político y su entorno social, donde existen continuas relaciones entre dirigentes, militantes y electores. Es aquí donde se dan las redes relacionales basadas en intereses compartidos dentro del entorno partidista, planteándose así un ambiente de sociabilidad que enmarca las acciones individuales de los sujetos haciéndolos colectivos, atribuyéndoles una identidad particular que la militancia y el partido les brinda, una construcción como sujeto social y político, ésta se da de manera permanente por su propio accionar (Vila, 2012).

En conclusión, existe una red de interdependencia entre el partido político y los sujetos que intervienen, una actividad institucionalizada debido a que se da en un entorno partidario organizado y jerarquizado, pero no por eso supeditado a las órdenes unidireccionales de quien conduce el partido en el ámbito nacional o local. La militancia y las actividades que las componen, se vislumbran desde esta perspectiva como parte fundamental de la construcción y representación del partido político. Es por esto por lo que el PS posiciona la actividad partidaria y militante como un aspecto trascendental, en donde el ciudadano que entienden ideal debe ser aquel que toma una postura activa frente al contexto en el cual está inmerso, cuestionando así actitudes pasivas y de desinterés ciudadano (Habermas, 1998). Esta postura responde finalmente a que el partido se construye a partir de quienes lo componen, sus actitudes y visiones, no solamente de quienes lo dirigen ya que estos últimos responden a intereses propios y colectivos que se tejen y construyen a partir de redes relacionales.

Para la problemática propuesta se hizo una investigación bibliográfica y de fuentes primarias. En cuanto a la bibliográfica existen una variedad de artículos de distintas temáticas de la Revista de Historia Bonaerense elaborada por el Instituto y Archivo Histórico Municipal de Morón. En esta se analizaron los antecedentes principalmente del periodo a trabajar, en donde se planteó la influencia que el PS tuvo ya desde los primeros años del siglo XX en Morón (Suarez, 1998; Saez, 2008). Es importante destacar que ni la temática ni la problemática presentada en este artículo han sido trabajadas con anterioridad, lo que le brinda originalidad a la propuesta.

En cuanto a las fuentes primarias existe la disponibilidad y acceso al diario El Imparcial, periódico local editado entre 1914 y 1950 identificado ideológicamente con sectores conservadores que se encuentra en el Instituto y Archivo Histórico Municipal de Morón. Además, debido a que en Morón tuvieron una permanente actividad los Centros Socialistas locales, se registran en el diario La Vanguardia, órgano oficial del PS, distintas publicaciones que manifiestan esta militancia socialista en el municipio. Las publicaciones del diario se encuentran en la Biblioteca Obrera Juan B. Justo. Es importante ver desde estos dos periódicos, El Imparcial de Morón y La Vanguardia del PS, cómo se abordan hechos y procesos idénticos con perspectivas diferentes a partir de la línea editorial que mantienen, pudiendo así profundizar sobre ciertos aspectos, ya que cada uno les da preponderancia e interés a distintos temas.

 Auge y caída de la conflictividad obrera

Para 1917 la desocupación en Buenos Aires comenzó a disminuir, la razón de esto puede relacionarse con la Primera Guerra Mundial, y la leve industrialización que se generó en las ciudades de la Argentina. El comercio con los países industrializados comprometidos con el conflicto se redujo, y las necesidades de consumo llevaron a una leve diversificación que se separó del continuo monopolio del modelo agroexportador. Una de las consecuencias inmediatas fue una mayor oferta de empleo en el sector manufacturero, sin embargo ,el malestar y los reclamos continuaron en el sector obrero, las condiciones más seguras de empleo, y el contexto mundial de grandes movimientos huelguísticos que surgieron luego de la Revolución Rusa, motivaron al crecimiento de las huelgas y la lucha obrera. A la par de este fenómeno, los sectores dominantes entendieron este ascenso en la conflictividad como un peligro maximalista que pudiera tener como consecuencia la creación de soviets en el país (Belini y Korol, 2012; Camarero, 2017).

Según datos del Departamento Nacional del Trabajo, para 1910 en la Ciudad de Buenos Aires hubo 298 huelgas, cifra que decreció en los siguientes seis años, es recién para el periodo abordado en esta investigación que comenzaron a crecer en número. Se dieron 138 huelgas para el año 1917, 196 para 1918, el exponencial número de 367 para el año 1919, para luego comenzar a declinar nuevamente, 206 en 1920 y 86 en 1921 (Dorfman, 1982). Es importante aclarar que estas huelgas circunscriptas geográficamente a la Ciudad de Buenos Aires fueron integradas también por los distintos sectores obreros del conurbano bonaerense.

Un factor importante del aumento de la conflictividad obrera se debió al fortalecimiento de su organización. Esto se expresó en gran medida en la FORA IX Congreso que comenzó a proyectarse como una entidad con amplio apoyo, en donde el PS, en minoría comparativamente con el sindicalismo, tuvo un papel significativo. Se debe tener en cuenta que a partir de la fuerza que tomó el sindicalismo surgió también una tendencia al acuerdo con el Estado que era fuertemente cuestionada por el socialismo, que entendió que era una manera de doblegarse ante el poder sin lograr una verdadera victoria, demostrando así las luchas facciosas que existieron dentro del mismo sector obrero (Camarero, 2017).

 El Estado nacional, a cargo del presidente Hipólito Yrigoyen de la Unión Cívica Radical (UCR) a partir de octubre de 1916, adoptó ciertas posturas intervencionistas que se expresaron de una manera marcada en el plano de los conflictos sociales. Al inicio de su mandato solo consistieron en prescindir de la habitual represión de las huelgas, partiendo diferencias hacia el trato que se les daba a distintos sectores obreros según la procedencia de sus trabajadores, su pertenencia sindical, y la importancia que tuvieran dentro del modelo económico dominante. Las decisiones del gobierno radical fueron tomadas con una lógica electoral, en donde el acuerdo o la represión dependió de los factores nombrados anteriormente (Rock, 1977; Cantón, 1994; Martinez Mazzola, 2010; Camarero, 2017).

Fue en la rama industrial que el arbitraje radical y la influencia sindicalista incidieron en menor medida, motivo por el cual se dieron las manifestaciones más radicalizadas y la represión extremadamente violenta por parte del gobierno. Ciertamente los sucesos que se dieron en 1919 conocidos como Semana Trágica, juntamente con las distintas huelgas que se extendieron más allá de las grandes ciudades portuarias a las zonas rurales, generó en el gobierno adoptar una postura opuesta, aceptando y fomentando la dura represión del ejército y de los civiles armados de la Liga Patriótica[2] y el accionar de la Asociación Nacional del Trabajo[3] (Moscatelli, 2002; Camarero, 2017).

Para finales de 1921 e inicio de 1922, el conflicto y la lucha aminoró en el sector obrero, la fragmentación del mismo, la derrota de la huelga general de junio de 1921[4], el cambio de gobierno con Marcelo Torcuato de Alvear como nuevo presidente representante de la UCR, y hasta puede considerarse el contexto que generó la burocratización del proceso revolucionario ruso, llevó a un desgaste y a una mayor pasividad en el movimiento obrero, concluyendo así una etapa de gran conflictividad (Cantón, 1994; Camarero, 2017).

El Municipio de Morón, el Socialismo y su militancia

Para finales del siglo XIX, y principios del XX, el Partido de Morón se convirtió en un espacio turístico de moda, hecho por el cual distintas familias de la Capital pasaban el día en las quintas. Esto, y el constante flujo de inmigrantes, sumado al crecimiento familiar de los residentes, llevaron a un incremento en la demanda de distintos artículos cotidianos que produjeron la diversificación de las actividades comerciales, desarrollando así una rudimentaria industria doméstica. El principal objetivo era abastecer a la población local de alimentos, artículos varios y vestido, diversificando así la tradicional economía basada en las quintas y chacras familiares (Saez, 2008).

Entre el censo nacional de 1895 y el de 1914 la población del Partido de Morón pasó de tener 7880 habitantes, a 24.624 (Saez, 2003). Este gran crecimiento llevó a una inherente progresión de la urbanización en el partido, que condujo a las distintas problemáticas que puede generar un crecimiento poblacional de magnitud en un espacio que no está preparado para esto. Los problemas en las calles y su falta de mantenimiento fueron algo común, como también el crecimiento de la delincuencia que hizo de Morón un lugar inseguro en las noches. Estos aspectos negativos también se vieron reflejados en la higiene del lugar, en donde la militante socialista Fenia Chertkoff de Repetto, que vivió por varias temporadas en Morón, cuestionó las costumbres de la población a la que le atribuía pocas nociones de higiene en un artículo del periódico El Pueblo en 1911, exigiéndole a las autoridades políticas la aplicación de medidas para solucionar la problemática (Saez, 2003).

En el siglo XX se fundaron los comités locales del Partido Autonomista Nacional, la Unión Cívica Nacional, la Unión Cívica Radical y el Partido Socialista, dando paso a enfrentamientos en la arena política en las elecciones municipales[5] y legislativas. Estas estuvieron enmarcadas en el dominio provincial de Marcelino Ugarte, dos veces gobernador de Buenos Aires entre 1902 y 1906, y entre 1914 y 1917. Para mantener su poder Ugarte utilizó como práctica común el fraude, hecho que se trasladó también a los municipios, y Morón no fue una excepción, por lo que se dieron padrones fraguados en donde se borraban del mismo a los opositores y se inscribían a vecinos fallecidos o inexistentes. Con la Ley Saenz Peña de 1912 se estableció la utilización de las nóminas militares para la confección de los padrones electorales, al ya no poder ser manipulados aparecieron otras prácticas fraudulentas, como vaciar las urnas y reemplazar las boletas que dieran con amplio margen ganadores a los conservadores que dominaban el municipio (Birocco y Saez, 2010).

El socialismo en Morón se caracterizó por tener una postura muy activa en la localidad desde principios del siglo XX. La militancia se expresó en varios aspectos, uno de ellos fue el cultural y educativo con la creación de bibliotecas[6], la promoción de obras de teatro y la fundación de la Escuela Popular Laica de Morón dirigida por la maestra socialista Pascuala Cueto. Las actividades del socialismo además se vieron reflejadas por distintos diarios locales que expresaron esta ideología como El Adelanto, fundado en 1897 y editado hasta 1903, dirigido por la ya nombrada Pascuala Cueto con un equipo de trabajo conformado enteramente por mujeres, dedicado principalmente a cuestiones educativas y a los derechos de las maestras entre otros. El diario La Antorcha Socialista creado en 1909, y El Pueblo de 1911, este último órgano oficial del Centro[7] Socialista de Morón dirigido por Adolfo Dickmann. Las distintas publicaciones socialistas se centraron en los cuestionamientos a las condiciones sociales y a las problemáticas económicas y sanitarias que existían en el momento (Saez, 2008; Birocco y Saez 2010).

La actividad política fue una faceta destacada teniendo en cuenta la cercanía que la población tuvo a los líderes del PS. Esto se debe a que varios personajes de renombre dentro del socialismo nacional poseían quintas en Morón o venían a pasar varias jornadas para descansar, llevando a que el municipio tuviera una fuerte impronta del socialismo. Sin embargo, esto no se expresó en el éxito en el terreno eleccionario municipal, ya que en la política gubernamental de Morón los conservadores mantuvieron la supremacía absoluta.

Entre los socialistas que tuvieron fuertes relaciones con el municipio puede nombrarse a Juan B. Justo, Nicolás Repetto, a las hermanas Fenia, Mariana y Adela Chertkoff, Adolfo Dickman, José Ingenieros, Ángel Giménez, Miguel Pizza y Mario Bravo. Estos participaban frecuentemente de la vida política y cultural de Morón, contraponiéndose a la política hegemónica y cuestionando las desigualdades existentes en el periodo buscando cambiar la realidad en la que vivían (Saez, 2008). Para noviembre de 1915, por citar solo un caso, el escándalo que trajo el fraude en las elecciones con urnas de doble fondo llevó a la realización de protestas por parte de los socialistas en contra del intendente Grant[8], en el que participaron los diputados Diógenes Aguirre, Adolfo Dickman y José Baliño (Birocco y Saez, 2010).

Una institución reconocida en Morón y ligada al socialismo fue la Sociedad Cosmopolita de Trabajadores, fundada en 1902, fue un establecimiento que representó la importancia que los obreros le dieron a la solidaridad. Influenciada por ideas socialistas estuvo integrada por Ángel Giménez entre otros, su objetivo fue reivindicar derechos como el descanso dominical, la jornada de 8 horas y mejores condiciones laborales. Promovieron la educación y el progreso cultural a partir de una escuela de adultos a cargo de las maestras Pascuala Cueto y Clemencia Ceballos, como también conferencias sobre cuestiones sociales y el alcoholismo, aspecto este último que preocupaba a los socialistas (Suarez, 1998).

Uno de los fenómenos más importantes en cuanto a la militancia socialista fue la fundación en 1904 de la Escuela Popular Laica de Morón[9] dirigida por Pascuala Cueto. Esta escuela fue parte del proyecto socialista de formar ciudadanos en instituciones educativas que no fueran las del Estado, ya que entendían que los valores que éstas transmitían no eran los que la clase obrera necesitaba. Esta postura respondía a que para los socialistas estas escuelas tenían una perspectiva burguesa, que nada tenía que ver con los obreros. Desde la Escuela Popular Laica se creó una biblioteca pública abierta a toda la comunidad y un jardín de infantes, además se daban clases nocturnas a los trabajadores. Sin embargo, estos proyectos fueron dejados de lado luego de 1910 por parte del PS, focalizándose en otros aspectos como las sociedades populares y renunciando a la lucha de parte de los socialistas en el campo político pedagógico (Saez, 2008; Asquini, 2013).

El Socialismo de Morón en un contexto de gran conflictividad (1917-1922)

La organización socialista en el Municipio de Morón se estructuró en tres centros en el periodo abordado, el Centro Socialista de Morón, en el cual no se especifica un nombre en particular, el Centro Socialista de Ituzaingó Hijos del Pueblo, bautizado así por la canción popular creada a finales del siglo XIX ligada al movimiento obrero, y posteriormente el Centro Socialista de Villa Sarmiento, fundado en 1919. Las actividades ordinarias de estos centros giraron en torno a las reuniones en sus respectivos locales, en ellas se hacían asambleas de socios[10] dando paso a temas tales como la aceptación de nuevos socios, renuncias, informe de delegados, los distintos proyectos propuestos por los afiliados, los cambios en las comisiones que conformaban el centro, problemas con los socios, la realización de fiestas, la participación de delegados locales a los congresos provinciales y nacionales del PS, etc. Sus objetivos principales eran multiplicar sus miembros y enmarcar su lucha en grandes masas populares, por lo cual la difusión y propaganda de la ideología y actividades socialistas eran centrales en su accionar. La periodicidad de estas reuniones no mantiene un lapso programado, sino que se produce a partir de las actividades de los centros, en donde una de las etapas más activas del año en cuanto a reuniones y asambleas se da por los periodos de elecciones municipales y provinciales[11]. Sin embargo, no adoptaban un carácter semiestacional cuando no había elecciones, ya que existían otras prácticas militantes que no estaban ligadas directamente con el periodo electoral.

Para 1917 la cantidad de afiliados que tenían los dos centros existentes eran de 18 en Ituzaingó y 64 en Morón (cifra que varía muy poco en el periodo examinado). Estos números fueron variando según las distintas situaciones que se dieron en el plano nacional, provincial y municipal del PS. Para 1920 por ejemplo, los datos detallaban 46 afiliados para Morón y 33 para Villa Sarmiento, del Centro Socialista de Ituzaingó no se dieron más noticias a partir de 1918. Estas variaciones, que no demuestran un gran progreso en cuanto a la cantidad de afiliados, sin embargo, son contrarrestadas por la cantidad de votos en elecciones que logró el PS en Morón, manifestando un aumento en el apoyo de los ciudadanos de la zona. Para 1918 en las elecciones provinciales, por ejemplo, el socialismo recibió 101 votos en el Morón, cantidad que aumentó para 1920 a 1926, identificándose así un mayor apoyo del socialismo en el municipio[12]. Es importante destacar que para 1920 el distrito solo era superado en cuanto a votos socialistas por unos pocos como Lomas de Zamora, General Pueyrredón y Junín, por ejemplo, además de los tres municipios que mayor apoyo tenía el PS en la provincia de Buenos Aires que eran La Plata, Avellaneda y Bahía Blanca (La Vanguardia, 26 de marzo de 1920).

Para tener noción de cuál era verdaderamente el apoyo municipal que el PS tuvo en Morón, hay que hacer un breve análisis de los otros dos partidos más importantes para el periodo, la UCR y el Partido Conservador. Para 1920 como ya se planteó el PS obtuvo 196 votos en Morón por las elecciones provinciales para gobernador[13]. Los radicales lograron 836 votos y los conservadores 929, lo que equivalía a un total de 1961 votos[14] (La Vanguardia, 26 de marzo de 1920). Los porcentajes a partir de estos números son un 9,9% para el PS, 42,6% para la UCR y 47,3% para el Partido Conservador, lo que dejaba en un lejano tercer puesto al PS, lo que llevó además a que en el Concejo Deliberante del municipio existiera un monopolio entre los dos partidos más poderosos, y que haya sido una continuidad en las elecciones el que los socialistas no hayan podido ganar bancas para concejales. Como aspecto a destacar debe nombrarse además el hecho del bajo índice de votantes, teniendo en cuenta que la población del partido estaba por encima de los 24 mil habitantes, por lo cual sería menos de un 8% de la población la que se presentaba en los actos electorales. Esta escasa participación puede responder a que las mujeres aún no habían logrado el derecho a voto, a una gran cantidad de extranjeros en el partido, como también a la falta aún de una tradición electoral, teniendo en cuenta la reciente implantación de la Ley Saenz Peña.

Para el período abordado, como ya se planteó, el país estaba inmerso en un contexto caracterizado por una alta conflictividad clasista, esta se expresó en el movimiento obrero como también en los sectores de clase alta, o hasta aquellos que no lo eran, pero respondían a los intereses de estos últimos, atacando así las distintas prácticas que estuvieran relacionadas con la ayuda a los sectores más carenciados. Esta intolerancia sin embargo no era nueva en el municipio, desde la destitución de la maestra Pascuala Cueto en 1903 como directora de la escuela N°2 de Morón por su cercanía al socialismo, hasta la destitución por parte del Consejo Escolar de la docente María Meda de Herrera en 1915, quien fue alejada de su cargo directivo por ser considerada de avanzada, rótulo que los sectores conservadores le ponían a quienes consideraban que estaban influenciados por ideas extranjerizantes (Saez, 2008), puede distinguirse una continuidad en cuanto al rechazo hacia los sectores identificados al movimiento obrero.

La fuerte conflictividad clasista que se dio enmarcada en el contexto nacional se vio reflejada en la huelga ferroviaria de 1917, que afectó al Partido de Morón y a otros tantos. Además, la huelga que también se dio en el mismo año por parte de los trabajadores de la Compañía Alemana de Electricidad, dejó sin luz a los espacios públicos y a los vecinos que podían costearla, generándose un fuerte resquemor por parte de los sectores más adinerados que se veían representados por el diario El Imparcial. En éste se manifestó que era necesario “(…) que el gobierno nacional se decida de una vez a poner término a esta situación, haciendo uso de los medios lícitos que tiene en sus manos, a fin de cortar de raíz el mal” (El Imparcial, 4 de octubre de 1917, p. 1). El pedido de este medio representante del partido conservador era claro, entendía que la represión al sector trabajador era necesaria para terminar de una vez con la movilización obrera.

A partir de la intolerancia reinante hacia quienes se identificaron con ideas socialistas, y hacia el movimiento obrero en general, es que surgió la Liga Patriótica en el municipio de Morón el 8 de junio de 1919. En una asamblea en el Concejo Deliberante se formó su primer Comisión Directiva, presidida por Gervasio Pavón y formada, entre otros, por los futuros intendentes Eduardo Bonora y Pedro Mustoni, los ex intendentes Ernesto Grant y Raimundo Lavignolle, el cura párroco Pablo Darbón, el Intendente en ejercicio Víctor Rodríguez y su secretario Ernesto Muruaga (Birocco y Saez, 2010). Esta brigada, conformada con políticos tanto del Partido Conservador como de la UCR, manifiesta los acuerdos que la clase política forjó, superando así en parte sus disidencias motivadas por la lucha por el poder municipal, el objetivo de atacar a los sectores obreros los aunaba. El diario conservador El Imparcial fomentó y difundió sus ideas atacando a los trabajadores y militantes que estaban movilizados por sus derechos, como también a los inmigrantes. En su editorial de mayo de 1919 se sostuvo sobre la conformación de la liga que “son tan nobles y simpáticos los fines que han inspirado a sus iniciadores (…) que el éxito más franco coronará los esfuerzos de quienes se han percatado de la sentida necesidad de levantar el espíritu nacionalista” (El Imparcial, 8 de mayo de 1919, p. 1).

El sector obrero y el socialismo en particular de Morón no tuvieron grandes movilizaciones ante esta brigada reaccionaria, la única fuente encontrada se titula “La protesta obrera contra la Liga Patriótica” (La Vanguardia, 5 de junio de 1921), y planteaba un mitin de protesta organizado por los sindicatos de tráfico y talleres de la Confraternidad en Haedo debido a los crímenes cometidos por la liga en Gualeguaychú[15].

Esta conflictividad no se ajustó solamente a los distintos sectores sociales y partidos políticos, sino también internamente en el PS. Desde inicios de la década de 1910 fue extendiéndose cierta disidencia dentro del partido, que tuvo momentos de gran tensión con la Primera Guerra Mundial y las posturas que consideraban que debía tomar el gobierno nacional. Esta disidencia llevó a conformar a un grupo dentro del mismo PS, con sus propios líderes como por ejemplo José Fernando Penelón. Esta facción fue la que fundó para enero de 1918 el Partido Socialista Internacional (PSI) desde donde cuestionaron el carácter reformista del PS, como también su postura ante la Revolución Rusa, su rechazo al movimiento bolchevique, y las posturas nacionalistas que lo alejaban del carácter internacionalista que ellos esgrimían (Camarero, 2016; Camarero, 2017). Esta separación también se vio reflejada en el municipio de Morón.

El año 1917 se caracterizó por una fuerte impronta y actividad de parte del Centro Socialista de Ituzaingó, este aspecto se vio expresado en la realización de los festejos por el 1º de mayo, fecha significativa para todo el movimiento obrero y que era aprovechada por los socialistas de Ituzaingó además para conmemorar el aniversario de su agrupación el 2 de mayo. Las crónicas relatan una exitosa fiesta que se dio el 6 de mayo luego de posponerse por cuestiones climáticas, caracterizada por un programa que comprendió desde coros, obras teatrales y bailes (La Vanguardia, 8 de mayo de 1917, s. p.). Lo llamativo de este acto son las diferencias que existieron con el Centro Socialista de Morón, no solamente por realizar fiestas por separado, sino también por el hecho de que los socialistas de Ituzaingó lo proyectaron como una actividad abierta a todo el público y gratuita, con la posible intención de tener una llegada mayor hacia los vecinos que no estuvieran identificados de una manera cercana con el partido, es decir, proyectar los festejos como un acto militante y estratégico. En cambio, en Morón, la actividad estuvo centrada en un lunch para los afiliados y sus familias, para luego, el 1º mayo, reunirse en el local y dirigirse a la manifestación que se realizaría en la Ciudad de Buenos Aires, sin interesarse, como lo hizo la agrupación de Ituzaingó, en tomar el acto como una oportunidad de ganar nuevos afiliados. Este aspecto fue modificado unos años después cuando invitaron por la conmemoración del 1º de mayo de 1921 a “los compañeros y simpatizantes” (La Vanguardia, 24 de abril de 1921, s. p.). Puede analizarse este cambio como el resultado de una mayor competencia en cuanto a la captación de apoyo hacia el socialismo, ya que el partido se había dividido años antes.

Para octubre de 1917, las disidencias que existieron dentro del PS se vieron reflejadas de manera clara en Ituzaingó en la asamblea informada el 20 de ese mes. Las actividades estuvieron centradas en los renunciantes al centro, los debates que tenían a Penelón como protagonista, y la renuncia del grupo parlamentario[16]. También en el Centro Socialista de Morón las discusiones aparecen como una actividad en la asamblea, pero no de manera tan marcada. Un aspecto para destacar y que manifiesta que el Centro Socialista de Ituzaingó se inclinó hacia la escisión, es el hecho de que el diario La Vanguardia dejó de publicar su actividad en noviembre de 1917, pudiéndose entrever en esta acción la posibilidad de que se identificaron con el partido que se conformó pocos meses después, el PSI. Para diciembre de 1918 esta decisión de parte del Centro de Ituzaingó es corroborada, ya que las fuentes confirman la aparición de un nuevo comité identificado con el PSI para las elecciones municipales de ese año, conformado principalmente por militantes que pertenecían al centro aludido (El Imparcial, diciembre de 1918, s. p.).

 Es interesante remarcar que este conflicto manifiesta un aspecto importante en relación con la organización partidaria socialista, existió de parte de esta un poder tendiente a cierta horizontalidad desde el PS de la Ciudad de Buenos Aires. Es decir, el hecho de las divisiones internas que se dieron dentro del mismo partido, que se vieron expresadas en el municipio, es una prueba de que el control no era estricto y se permitía cierto espacio para la disidencia, ya que los debates se venían dando hacía varios años. Este aspecto manifiesta el hecho de que el medio social, compuesto por la militancia, tenía influencia sobre la organización partidaria, en el caso desarrollado aquí, sobre la organización institucionalizada en el Partido de Morón. Claramente existen ciertas representaciones hacia los militantes en particular y los ciudadanos en general de parte del PS, que buscan promover en sus seguidores características determinadas. Puede nombrarse en cuanto a estas la faceta democrática y activa, pretensiones de los líderes del partido hacia su militancia. Esas características que el PS proyecta sobre sus militantes son las que le terminaron dando cierta autonomía en la militancia a sus afiliados y en las discusiones internas, prueba de esto es la separación del Centro Socialista de Ituzaingó alejada de la cúpula que lideraba Juan B. Justo.

La propaganda partidaria

A partir de la intervención por parte del gobierno nacional en la provincia de Buenos Aires en abril de 1917, hubo un periodo sin actos eleccionarios. Esto se modificó para 1918, mostrando una actividad marcada por parte del PS en el plano local. Las distintas acciones que tenían como foco las elecciones eran planificadas desde la Ciudad de Buenos Aires para la provincia y los distintos municipios. Estas variaban según si existían o no centros socialistas en las localidades. En el caso de Morón fueron comunes las conferencias en distintos puntos de la localidad, focalizándose en el centro de Morón, pero también en zonas de Haedo e Ituzaingó. En estas conferencias hablaban distintos diputados y líderes reconocidos del socialismo del periodo, como por ejemplo Augusto Bunge, el Dr. Enrique del Valle Iberlucea y Jacinto Oddone entre otros. Era una costumbre cuando terminaba la conferencia acompañar a los que dieron el discurso hasta la estación de tren hablando con ellos, y en ocasiones hasta con una banda musical.

Dentro de lo que comprendían estas actividades también estaban las charlas que los candidatos locales a concejales daban con los vecinos, en donde con ayuda de los afiliados de los distintos centros, repartían boletas, manifiestos, carteles y folletos para difundir sus ideas. Muchos de estos artículos eran brindados por el PS a partir de donaciones de los distintos afiliados y rifas que se realizaban.

En cuanto a la plataforma electoral local existió una preeminencia de las propuestas de distintos derechos laborales como la jornada de 8 horas, por ejemplo, el fomento de la educación común, los impuestos progresivos para los baldíos, y la exención de impuestos a edificaciones, cooperativas, comerciantes que vendían artículos de primera necesidad, con exclusión de bebidas alcohólicas. Este último aspecto era común para los socialistas de la época que veían en el consumo de alcohol en los trabajadores una importante problemática a solucionar, motivo por el cual se propuso cerrar los almacenes que expedían alcohol los domingos y hasta proyectar una ley que prohibiera el alcohol (ley seca). Eran continuas las notas en el diario La Vanguardia sobre el flagelo del alcoholismo y la necesidad de cambiar los hábitos en el consumo de alcohol. Este aspecto los acercaba con los conservadores del periodo, ya que el diario El Imparcial también promovía el antialcoholismo a través de boletines elaborados por médicos que explicaban los perjuicios del consumo de alcohol. Para principios de 1917 sostenía por ejemplo que “el alcohol excita al hombre, pero no le fortifica (…) se está más expuesto a las enfermedades (…) Los padres que han hecho abusos de las bebidas alcohólicas, tienen comúnmente hijos o que nacen mal conformados o idiotas” (El Imparcial, 28 de enero de 1917, p. 1).

Por último, es importante tener en cuenta que muchas veces esta militancia propagandística de los partidos no se dio en condiciones estrictamente pacíficas. Para febrero de 1918, mientras daba una conferencia pública el político conservador Rodolfo Moreno, un grupo de radicales comenzó a dar vivas al radicalismo y muerte a los conservadores, el hecho según El Imparcial terminó con la intervención de la policía, ya que tanto en la plaza en donde se estaba dando la conferencia, como posteriormente en la estación de tren, las agresiones físicas estuvieron presentes. El mismo diario sostuvo que:

 A no pocas personas independientes ha extrañado el proceder de los radicales al pretender coartar el uso de la palabra de sus adversarios políticos, por constarles a esos mismos vecinos que durante el gobierno conservador, el radicalismo jamás fue molestado al hacer uso de ese derecho. (El Imparcial, 24 de febrero de 1918, p. 1).

Con respecto al PS puede destacarse una disputa con los radicales para el mismo periodo, en donde las dos agrupaciones habían pedido permiso para dar una conferencia en Haedo en el mismo espacio público. Esto llevó a que el conflicto se dirimiera por parte de la policía que le dio la razón a los radicales. El problema residió en que los socialistas habían pedido un permiso provincial que fue presentado y aceptado por el municipio, y los radicales habían realizado directamente el pedido al municipio de Morón que no dio parte del conflicto de intereses que se estaba generando. Los socialistas ante esta resolución cuestionaron a las fuerzas policiales caratulando a los radicales de mafiosos “(…) que solo ocupan la tribuna para despotricar estúpidamente sobre el maximalismo y para insultar groseramente a los hombres del viejo partido” (La Vanguardia, 27 de febrero de 1918, p. 5). Para los socialistas estos hechos demostraban el temor hacia ellos de parte del radicalismo y del municipio gobernado por la UCR, que temían su propaganda y necesitaban de la ayuda de la policía y sus argucias para obstaculizarlos.

A partir de esta práctica militante de los socialistas de Morón enmarcada en los periodos electorales, pueden examinarse varios aspectos. Los distintos centros socialistas del municipio fueron independientes entre sí y estaban centralizados en el PS de la Ciudad de Buenos Aires, el poder formal residía alrededor de los líderes del partido de los cuales algunos ocupaban cargos en el ámbito legislativo. En los periodos eleccionarios el PS enviaba distintos elementos para que instrumentaran una red de propaganda partidista en toda la provincia de Buenos Aires, conformándose una práctica propagandística estructurada. Sin embargo, esto no le quitaba impronta a los afiliados y líderes locales, que eran además los que financiaban económicamente en gran parte al centro, puede identificarse en esta situación la porosidad de fronteras que existía en el socialismo en cuanto líderes y militantes (Sawicki, 2011).

La educación política de los afiliados se convertía en un aspecto significativo, motivo por el cual las charlas y conferencias eran comunes en los periodos electorales, como también la difusión que existía de parte del partido de las escuelas laicas y nocturnas para la educación de los obreros. Esta era una temática recurrente en sus propuestas, como así también lo eran las distintas instituciones socioculturales como bibliotecas populares y asociaciones de inmigrantes. Se manifiesta así la idea de que el partido proyectaba, y pretendía, en sus militantes, una persona instruida que tuviera la capacidad de difundir las ideas socialistas.

Los centros socialistas tenían un carácter que tendía hacia las prácticas indirectas que los alejaba de los anarquistas, por ejemplo, ya que entendían que los procesos y resultados debían lograrse mediante la actividad democrática. Esto sin embargo no significó que no existieran acciones directas de parte de los afiliados de Morón que pudieran ayudar a solucionar problemáticas cercanas, como por ejemplo promover la Biblioteca Sarmiento a partir de festivales y colectas o reunir dinero para la propaganda electoral, aunque sí es importante destacar que todas las acciones estuvieron enmarcadas en el proceso democrático.

La visibilización de las problemáticas del municipio de Morón

Un rol importante que cumplió el socialismo en Morón fue el de denunciar y visibilizar las distintas problemáticas de la clase obrera y los vecinos del municipio. El contexto político que se dio antes de la intervención de la provincia de Buenos Aires[17] fue el de una impronta poco democrática, en donde los conservadores que detentaban el poder mantenían un ambiente complejo de relaciones y contactos que llevaron a hechos delictivos de los cuales la justicia no se hacía cargo, trayendo a consecuencias circunstancias e injusticias de toda índole. Esto, sumado al difícil contexto económico nacional, llevó a la prensa socialista a instrumentarse como un medio para desenmascarar distintos hechos que se expresaron varias veces en conferencias públicas en la plaza Adolfo Alsina[18], espacio donde tomaban la palabra conocidos representantes del socialismo local y hasta nacional.

Este aspecto, que pretendió en la visibilización de ciertas problemáticas mediante la difusión en la prensa, puede ser ejemplificado en dos denuncias por parte del corresponsal de La Vanguardia en Morón. La primera de estas es el abuso que existió por parte de la autoridad policial y específicamente del jefe de destacamento Esteban Maiza, quien para el 21 de abril de 1917 fue identificado sarcásticamente como el jefe de destacamento modelo. Las denuncias identificaron al servidor público como instigador del intento de asesinato de un vecino, sin embargo, el perpetrador no sería él, sino que obligó a dos de sus oficiales a cometer el asesinato. Estos al no acceder a los pedidos de Maiza fueron castigados, uno con la baja de la fuerza, y el otro apaleado para luego ser metido en el calabozo por dos días sin comida ni bebida. El hecho fue tan serio que llevó a la intervención de sus superiores que lo detuvieron inmediatamente frente a la denuncia del vecino y los policías que se habían negado a asesinarlo, sin embargo, no duró demasiado tiempo encarcelado y a los pocos días ya se paseaba por la localidad y el destacamento (La Vanguardia, 21 de abril de 1917, s. p.). La Vanguardia publicó una nota cuando fue reemplazado por el nuevo oficial inspector Ángel M. Sosa informando que:

Suponemos terminadas las persecuciones, robos, casas de juego, y amparos de individuos sin ocupación ni medios de vida honesta, todo lo que caracterizó la actuación escandalosa del citado Maiza, que no hacía más que servir de instrumento a ciertos aspirantes a caudillos. (La Vanguardia, 26 de julio de 1917, p. 5).

Las últimas palabras de la nota manifiestan una denuncia común de parte del socialismo, es decir, las conexiones que existían entre política y las fuerzas policiales que llegaban al acuerdo en beneficio de la tan declamada política criolla[19].

A partir de este hecho puede verse la corrupción que existió en el partido en tiempos en que gobernó el intendente Grant, ya que Maiza tenía además una gran cantidad de denuncias por apropiarse de productos robados que les quitaba a los delincuentes atrapados. Tres meses tardarían en reemplazarlo, mientras tanto continuó en su cargo, y la información detalla que perdió su puesto, pero no el trabajo, manifestando claramente la injusticia y el hecho de que los vecinos que lo denunciaron permanezcan en peligro ante las posibles venganzas del oficial.

Otra de las denuncias destacadas por el corresponsal del diario socialista es la situación vivida por las personas que habitaban en la Colonia Martín Rodríguez en Ituzaingó[20]. Para 65 enfermos y 32 obreros existía un solo cocinero, por lo cual los internados con enfermedades contagiosas debían ayudarlo obligatoriamente para poder comer. Además, la comida era de baja calidad y escasa, en donde una ración pequeña de pan y leche extremadamente aguada eran el desayuno tanto para pacientes como trabajadores. Esto a pesar de que la colonia poseía una granja y una chacra que producían alimentos, pero estos eran vendidos al público y el dinero de esas ventas se desconocía hacia donde iba. En la colonia había un solo enfermero para los tres pabellones que a veces llegaban al centenar de enfermos. Una vez por semana concurría un médico desde la Capital. La información destaca que se vio a enfermos comer del suelo, otros sin calzado. Ante este grave escenario el administrador del lugar aludía no tener dinero para mejorar la situación (La Vanguardia, 15 de agosto de 1917, s. p.).

Las personas de la colonia recibieron al corresponsal de La Vanguardia muy bien, ya que fue el único en interesarse en sus condiciones de vida, otros diarios locales no prestaron atención a sus desdichas y no se encontraron notas al respecto. Sin embargo, es importante remarcar que poco de esto en el corto plazo se solucionó, ya que al mes de la nota original se conoció que fueron trasladados varios trabajadores hacia la Capital, haciéndolos responsables por las denuncias y empeorando además la situación del alimento de los residentes de la colonia. El diario socialista publicó.

lo que a alimentos se refiere, la administración hace oídos de mercader. (…) pues en lugar de un cuarto de litro de leche que corresponde a cada obrero, le suministra un décimo agregando luego agua de café hasta el medio litro. (La Vanguardia, 16 de septiembre de 1917, p. 4).

El corresponsal socialista manifestó cómo no solo no había mejorado la situación de enfermos y obreros dentro de la colonia, sino que había empeorado como una especie de reprimenda hacia las denuncias.

A pesar de que los resultados no hayan traído una solución a la situación de los que estaban en la Colonia Martín Rodríguez, se vislumbra en esta problemática un aspecto importante en la actividad de los socialistas, buscaban mejorar la calidad de vida de los sectores sociales en condiciones menos favorables. A partir de la difusión de su situación se intentó implementar un cambio que es parte de la prédica del PS. Estos dos casos son una muestra de los que los socialistas buscaron hacer a partir de su actividad militante.

Es importante considerar ciertos aspectos en relación con las acciones para visibilizar las distintas problemáticas en el municipio de Morón que efectuaba el socialismo local. Pueden agruparse estas problemáticas en cinco áreas temáticas, estas son: corrupción, delincuencia, costumbres inapropiadas, problemáticas sociales y, por último, represión hacia el sector obrero. Cuando se habla de corrupción, se comprende principalmente la que existió en el ámbito político y por parte de la policía local, al estar estas en varias ocasiones relacionadas entre sí se las engloba en una misma área. Las fuentes abordadas manifiestan una clara centralidad en las páginas de La Vanguardia en cuanto a la corrupción del municipio, existiendo un 50% de publicaciones referidas a esta. Estos datos demuestran una centralidad de las problemáticas expuestas relacionadas con el ámbito político y político electoral, expresando los intereses del socialismo en cuestionar a los partidos políticos dominantes y su accionar ilegal. También puede tomarse como una estrategia de debilitar el apoyo de los habitantes de Morón hacia los partidos hegemónicos. Respecto a las problemáticas sociales aparecen en las publicaciones con un porcentaje de 23%, en donde puede verse la importancia que el socialismo le asignó a las desigualdades sociales y a las carencias de recursos de los sectores más expuestos a las dinámicas del momento. Tanto la delincuencia, como las costumbres inapropiadas, se enmarcan en un 10% respectivamente sobre el total de las publicaciones abordadas. La primera se relaciona principalmente con hechos delictivos en donde estaba inmiscuida la policía local, y en donde se intentaba ligar a las fuerzas de seguridad con los funcionarios locales y con prácticas que iban en contra del mismo pueblo de Morón. En cuanto a las costumbres inapropiadas, las publicaciones también se centraron en los partidarios y afiliados de sectores opositores, dejando de lado y no tratando la de la mayoría de los habitantes del municipio, que sí son expuestas por el diario El Imparcial, hecho que demuestra la tendencia ideológica de cada uno de los periódicos. Por último, y con un porcentaje menor, se encuentra la represión obrera con menos de un 7%. Esto no quiere decir que no existió, más teniendo en cuenta la conformación de una brigada de la Liga Patriótica en Morón, y las tendencias anti obreras que se exacerbaron a partir de 1919. Sin embargo, la difusión sobre estos hechos no fue central, lo que plantea una falta de interés en visibilizar estos conflictos a pesar de que estuvieran ligados íntimamente a los partidos opositores al PS.

Conclusiones

Puede vislumbrase a partir de este desarrollo una práctica militante en la comunidad del municipio de Morón que apoyó al PS local. Los periodos de elecciones fueron los que con mayor énfasis se dio la actividad de los afiliados y los distintos centros. El visibilizar las distintas problemáticas del partido fue otra de las actividades que por medio del diario La Vanguardia instrumentó la militancia de los socialistas en Morón. Es decir, hechos que de otra manera no hubieran sido difundidos debido a la conexión que existió entre las fuerzas gobernantes, las elites locales y los periódicos de Morón. Esta difusión de distintas injusticias que surgieron en Morón buscó cambiar lo que sucedía, con mayor o menor éxito, pero que claramente puede considerarse una actividad encuadrada en la militancia de los afiliados. La militancia, entendida como actor colectivo, tomó un rol de importancia dentro del partido, su influencia trajo consecuencias en la organización y las decisiones tomadas son, en parte, efecto de la presión de los militantes.

El miedo fue un aspecto característico del periodo abordado, este principalmente emanaba de las clases altas que temían a la organización obrera. El aumento de la conflictividad llevó a tomar decisiones por parte de la clase dirigente con el principal objetivo de atacar y doblegar al movimiento obrero. Este temor, muchas veces infundado, llevó a la unión de una clase alta y la dirigencia dividida por la lucha en el poder político-económico. El fantasma del comunismo los llevó a imaginar la posibilidad de perder sus privilegios históricamente perpetuados. Por este motivo la violencia e intolerancia fue un denominador común del periodo.

En el municipio de Morón la persecución hacia el movimiento obrero y las ideologías consideradas extranjerizantes, como ya se planteó, no era un fenómeno novedoso. Sin embargo, la organización que se plasmó en la brigada de Morón de la Liga Patriótica fue un aspecto que manifestó una mayor preocupación. La persecución se organizó a partir de un orden jerarquizado, con objetivos y métodos claros. Para este sector no eran tiempos de improvisar en el ataque hacia los obreros.

Esta conflictividad también se vio expresada internamente en el socialismo, que trajo a consecuencia la división del partido y su posterior debilitamiento electoral. La disputa entre los dos partidos socialistas llevó a que los que seguían a Juan B. Justo fueran considerados moderados y reformistas por los internacionalistas, llevando a que hechos y procesos como fueron la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa los distanciara definitivamente.

El PS le dio al proceso democrático una centralidad muy importante, era el medio elegido para lograr el cambio que esperaban, esto a pesar de las críticas que ellos mismos tenían ante las prácticas políticas en la Argentina que identificaban como política criolla. Es por este motivo que pretendían que sus afiliados se focalizaran en su educación y ponían especial énfasis en su faceta activa frente a su realidad. Aspecto que se vio reflejado en el desarrollo de la investigación

A partir del análisis realizado en el artículo surgen nuevas interrogantes a abordar que no han sido develadas hasta ahora, por ejemplo, cómo fue la relación luego de 1918 de los centros socialistas de Morón y de Ituzaingó, teniendo en cuenta que el segundo se identificó con el PSI. Otra línea investigativa interesante para examinar es la actividad del movimiento obrero y el socialismo en particular en el municipio en cuanto a la creación de una brigada de la Liga Patriótica en Morón y los condicionamientos represivos que esto conlleva, sumado a la existencia de una tendencia enmarcada en la violencia hacia la organización de los trabajadores en todo el país. Por último, es importante también tener en cuenta en profundizar en los distintos líderes socialistas que hubo en Morón para el periodo, muchos de estos con participación en elecciones, y conocer cómo fue su relación con los afiliados socialistas.

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Fuentes Primarias

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La Vanguardia. (Diario del Partido Socialista, Buenos Aires, 1917-1922).


[0] Profesor de Historia. Desde 2010 ha concluido ocho cursos en el CIE (Centro de Investigaciones Educativas) en Historia, Sociología y Economía. Desde el año 2019 curso en la Universidad Nacional de La Matanza la carrera Licenciatura de Historia. Correo de contacto: alealvite@gmail.com

[1] El líder del PS vivió desde 1902 en Morón.

[2] La Liga Patriótica Argentina se fundó a inicios de 1919 con el objetivo de contrarrestar la lucha obrera por parte de los sectores conservadores. Esta agrupación, ligada a la Iglesia Católica, colaboró en la represión con el ejército y la policía siendo partícipe en la represión y asesinatos de la Semana Trágica. La organización central se encontraba en la Ciudad de Buenos Aires y estaba liderada por su presidente Manuel Carlés, sin embargo, contaba con brigadas en distintos municipios, Morón era uno de ellos (véase Tato, 2006).

[3] Entidad patronal financiada por Joaquín S. de Anchorena con el objetivo de reclutar esquiroles y promover la represión sobre el sector obrero (véase Belini y Korol, 2012).

[4] Para febrero de 1920 la Federación Obrera Marítima (FOM), uno de los sindicatos más poderosos del país, inició una huelga que se desarrolló por 13 meses. A pesar de las victorias logradas, para marzo de 1921, 80 días después, se militarizó el puerto y se contrataron esquiroles garantizando la continuidad del trabajo y dándole un duro golpe al movimiento obrero (véase Camarero, 2017).

[5] Las elecciones municipales en el periodo examinado se hacían anualmente, y el intendente era elegido por el Concejo Deliberante (véase Cortabarria, 2008).

[6] El Centro Socialista de Morón fundó en la década de 1910 la Biblioteca Domingo Faustino Sarmiento.

[7] El socialismo en todo el mundo organizó a sus militantes en centros con el objetivo de conquistar sufragios, relacionar a los elegidos y mantener el contacto entre éstos y los electores entre otras funciones (véase Duvenger, 2002).

[8] Ernesto F. Grant fue un político local del partido conservador elegido de manera consecutiva como intendente por el Honorable Concejo Deliberante entre los años 1913 y 1917. Su mandato finalizó debido a su destitución con la intervención de Buenos Aires por parte de Yrigoyen (véase Saez, 2014).

[9] Según el informe de Nicolás Repetto al IX Congreso Nacional, la Escuela Popular de Morón era la experiencia educativa más importante del socialismo argentino, y sería seguida como ejemplo para la fundación de otras escuelas en Buenos Aires, buscando así reproducir la experiencia (véase Asquini, 2013).

[10] En las publicaciones del diario La Vanguardia se equipara el concepto de socio con el de afiliado.

[11] Este aumento en la actividad consistía en el reparto de folletos, boletas y charlas con los ciudadanos, realizándose además conferencias por parte de distintos funcionarios socialistas o candidatos locales.

[12] Para 1919 el socialismo logró en Morón en las elecciones provinciales un total de 276 votos, cantidad que no fue superada para el periodo abordado. Sin embargo, no se toma a consideración esta cifra como representativa para el momento, ya que respondió principalmente a una disputa dentro de la UCR que concluyó en que muchos radicales votaran al PS (El Imparcial, 6 de abril de 1919).

[13] Las elecciones provinciales fueron más concurridas que las municipales en el periodo examinado.

[14] En el número total de votos no se tiene en cuenta a los impugnados o en blanco por no difundirse en la fuente utilizada, por lo cual el conteo corresponde a la suma de los votos de los tres partidos que son difundidos en la misma.

[15] Para la conmemoración por el día del trabajador el 1º de mayo en Gualeguaychú se dio un ataque con armas de fuego por parte de la Liga Patriótica de la región hacia los sectores obreros movilizados en donde hubo 15 muertos y más de 30 heridos, todos de parte de los obreros (véase Mayor, 2016).

[16] Los debates internos se vieron plasmados también en el Congreso que el PS realizó en 1917. En este se dio una votación que decidiría la postura del partido en cuanto a la Primera Guerra Mundial. Ante las maniobras de los que lideraban el partido, con Justo a la cabeza, y su victoria en las votaciones, un grupo de parlamentarios identificados con el internacionalismo decidió renunciar y separarse del PS (véase Campione, 2001).

[17] El 24 de abril de 1917 se dictó el decreto de intervención federal a la Provincia de Buenos Aires. Se nombró Interventor federal al Dr. José Luís Cantilo y se destituyó al intendente Grant.

[18] Desde la segunda mitad del siglo XIX la Plaza Adolfo Alsina se convirtió en un sitio de concurrencia social y política de los vecinos, su designación se instauró al poco tiempo del deceso del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires en 1878, nombre que continuaría hasta 1950 cuando se la rebautizó como Plaza Libertador General San Martín, denominación que continúa hasta la actualidad (véase Birocco y Saez, 2010).

[19] Este concepto es usualmente utilizado por el socialismo del periodo, identificando con éste a los partidos más poderosos como el conservador y el radical al que le atribuían aspectos atrasados y poco civilizados.

[20] El parque en donde se encontraba la colonia había sido adquirido unos años antes por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Para 1927 dejaría de ser un lugar a donde enviaban a los enfermos crónicos a pasar sus últimos días segregados de la sociedad y se convertiría en el Hospital de Geriatría General Martín Rodríguez.